El proyecto se desarrolló en las cercanías del cantón Cara Sucia, una zona de gran valor histórico y arqueológico, reconocida por su riqueza natural y diversidad de fauna. Se instalaron 16 paneles solares de 545W junto con un inversor Huawei de 5kW con sistema de almacenamiento, diseñado para respaldar las cargas críticas del refugio de vida silvestre, garantizando un suministro energético confiable y sostenible.